El austríaco Felix Baumgartner tratará de convertirse hoy en el primer humano en romper la barrera del sonido en una caída libre desde 36.576 metros. Después de que el pasado martes se suspendiera la misión por el fuerte viento, el piloto ha iniciado hoy el ascenso en globo a la estratosfera, desde donde se espera que salte a las 19.30 (hora peninsular española).
Después de varias horas de retraso por el viento en Roswell (Estados Unidos), el globo que arrastra la nave en la que viaja el aventurero partió a las 17.29 (hora peninsular española) y tardará alrededor de dos horas en alcanzar la altura desde la que se lanzará en caída libre. Se prevé que el descenso dure unos 15 minutos (5 en caída libre y 10 tras abrir su paracaídas).
Horas antes, Baumgartner se enfundó su traje presurizado, que le protegerá de las temperaturas de hasta 70 grados bajo cero que se registran en la estratosfera, y aclimatará su cuerpo antes del lanzamiento.
Además de ofrecerle oxigeno, la cápsula y el traje le resguardarán de una presión tan baja que le causaría irreparables lesiones internas.
El aventurero austríaco, que se prepara desde hace cinco años para esta misión, pretende batir cuatro récords: ser el primero en superar la velocidad del sonido (más de 1.100 kilómetros por hora) sin ayuda mecánica; en realizar el salto con paracaídas desde más altura; protagonizar la caída libre más larga (unos cinco minutos y medio) y subir en globo al punto más alejado de la tierra.
"Queremos extender los límites de la humanidad un poco más", ha dicho Baumgartner horas antes de comenzar el desafío, arropado por su familia y amigos llegados desde Austria.
Mensajes de apoyo
También relató que las muestras de ánimo de todo el mundo son un acicate para seguir adelante. "Todos los días recibo mensajes de personas de todo el mundo. Uno de ellos, un niño de 13 años que lucha contra el cáncer, me dijo: 'La forma en que has seguido adelante con este proyecto me da fuerzas para mi propia batalla'. Todos estos mensajesson una gran motivación", confesó.
El globo tripulado que se empleará hoy será el más grande que se haya empleado jamás, y llegará a medir hasta 180 metros de altura en una de las fases de la ascensión.
El globo que se utilice hoy es el único de reserva, por lo que de utilizarse posiblemente el proyecto deba de cancelarse hasta dentro de varios meses, ya que no se puede volver a emplear una vez desplegado.
La película sintética que conforma el globo es muy delicada, ya que el plástico en el que está fabricado es de apenas 0,002 centímetros de grosor, diez veces más delgado que las bolsas de plástico que se utilizan para congelar alimentos.
Los diez operarios que lo manipulan usan guantes de algodón para no dañarlo, y una vez desplegado no puede volver a utilizarse.
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